Primero, seleccionamos las mejores localizaciones para desarrollar nuestros proyectos, es decir, aquellos lugares donde nuestra presencia sea menos notoria. Por ejemplo, estamos comprometidos a no deforestar ni operar cerca de enclaves Patrimonio de la Humanidad o áreas protegidas de Categoría I-IV de la UICN.

Después, llevamos a cabo evaluaciones integrales de impacto ambiental que nos permiten definir medidas de protección para mitigar los efectos de nuestra actividad en el entorno, las cuales estamos en constante monitorización para asegurar su implementación y efectividad.

La mayoría de las áreas en las que trabajamos están degradadas, y asumimos el compromiso de revitalizarlas a través de la reforestación con especies nativas y la recuperación de hábitats en situación crítica, entre otras iniciativas.

Queremos ser recordados por el legado positivo que dejamos allá donde sea que estemos. Transformamos el impacto de nuestra presencia, dejando cada lugar mejor de como lo encontramos.